jueves, 27 de febrero de 2014

Pues yo no pienso votar (o el voto en blanco)

O al menos es lo que declara hoy aproximadamente el 40 % de los españoles. Y una vez aclarado el porqué de esta entrada voy a explicar tres cosas con respecto al voto, y como nadie me las va a rebatir me voy a quedar a gusto.

Lo primero es que no acabo de entender que en unas elecciones europeas, donde no va a haber grandes cambios en el reparto de escaños, toda la ciudadanía en masa no deposite en la urna una papeleta en la que indique a los partidos por donde queremos que vayan los tiros; y me explico: Si estás a favor de lo que está haciendo el gobierno pues vas y lo votas, si estás a favor de lo que propone el PSOE lo mismo, si quieres que escoremos a la derecha pues a VOX o a AES, si quieres que escoremos a la izquierda a IU o UPyD, si quieres que las cosas se centren a C´s... y así sucesivamente, porque las timoratas medidas que proponen los actuales partidos con representación pueden ser las deseadas por el pueblo, o a lo mejor comulgamos más con lo que dicen los partidos nuevos... pero quedarse en casa me parece un ejercicio de total irresponsabilidad, porque implica aceptar que las cosas (no sólo las políticas del gobierno) sigan como hasta ahora. Y en un país en el que tres cuartas partes de los ciudadanos piensan que los políticos son uno de los principales problemas del país creo que no podemos estar callados.

Lo segundo es el tema de la abstención, que es algo que desean los nacionalistas y los partidos minoritarios que aspiran a tener representación en Bruselas, porque al ser circunscripción única cuantos menos votos se emitan más alto es el porcentaje de los recibidos ¿Fácil, no? Y por eso los partidos que tienen su voto muy fidelizado, como los separatistas y los comunistas, prefieren que vote poca gente, para que así parezca que a ellos les han votado más cuando en realidad no va a ser así.

Lo tercero es el voto en blanco, que es lo que desean los grandes partidos, incluída Izquierda Unida. El motivo es que cuanto más votos en blanco se emitan mayor será el número total de votos, por lo que alcanzar el 5 % necesario para tener representación se hace más difícil. Lo que casi nadie dice es que una vez se sabe qué partidos han superado el porcentaje mínimo de voto para tener representación es cuando se aplica la Ley D´Hondt, por lo que partidos que podrían tener varios representantes se quedan sin ninguno por la aplicación de ese mínimo.

Lo último -sí, ya sé que eran tres cosas- es que en las europeas la circunscripción es nacional, pero nacional de España, por lo que los nacionalistas -con mucho voto sólo en sus circunscripciones- se suelen quedar in albis, lo que motiva alianzas con fines tan lícitos como puede ser defender la desmembración de España en el Parlamento Europeo. Esos son los GALEUSKA, que une a nacionalistas vascos separatistas, nacionalistas democrata-cristianos catalanes y nacionalistas estalinistas gallegos. Muy edificante vamos. A esto se une que el nacionalismo se ha dividido en sus tres feudos principales entre los de extrema izquierda y los de extremo centro (los tibios, vamos) lo que ha motivado que en Galicia la mitad se alíen con Izquierda Unida, la otra mitad con Bildu y la otra mitad (sí, los gallegos usamos todas las mitades que queremos) se ha enfadado y no sabe a quién unirse.

Y dicho todo lo anterior quiero que sepáis, porque soy así de romántico, que yo por supuesto que voy a votar, que por primera vez en muchos años me siento identificado con las propuestas de ciertos partidos, que espero que la asistencia sea masiva y que dejen de hablar por nosotros aquellos a los que no hemos dado ese derecho.

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