viernes, 28 de febrero de 2014

Lucita

Te vas con tus hermanas sin avisos
dejando atrás recuerdos imborrables
de tardes de verano y de tortilla.
Allí donde termines, te lo ruego,
no dejes de acordarte de nosotros,
que nosotros así también lo haremos.

Tu vida se termina una mañana
de pronto -y como siempre- una llamada
anuncia tu deceso: Estoy seguro
de que dentro de un tiempo nos veremos.

Y se acabó el Agrande, al mismo
yo creo que ya nunca volveremos
y cuando las industrias y el progreso
terminen con los sitios que vivisteis
un día pasaremos
con el alma cargada de nostalgia
y a alguno le diremos:
Aquí un día vivieron tres hermanas
que siempre nos trataron con cariño,
que siempre nos cuidaron sin pedirnos
ningún favor a cambio.
Llenaron las despensas con sus huertas,
nos hicieron crecer con sus regalos
y ahora que ya se han ido sólo viven
en los pocos recuerdos que tengamos.

Y el día que nos muramos, como siempre,
vendréis a recogernos, respetuosas:
Ya está el señor en casa, y la señora
ha salido a rezar con sus hermanas.

Y así será de nuevo: Las gallinas,
patatas y frutales, las acelgas,
la bolla de patrón... o así lo espero;
yo no quiero aceptar que se ha acabado
de pronto mi niñez en ese Castro
en que ladraba un perro y una vaca
respondía a lo lejos por la Virgen
y en que Papá decía: "Venga niños,
despediros, nos vamos, dar las gracias"
y de tierra manchados, con rasguños
y olor a estar viviendo repetíamos:

"- Adios Lucita, Herminia, Carmen: gracias.
- A vosotros, señor ¿Yo cuando vuelvo?
- Cuando quiera, me llama y yo la traigo."

Un beso tierno y un pañuelo blanco
que sale del mandil y así, felices,
tras esa libertad que producía
correr, saltar, jugar y con tu abrazo,
tres manzanas, dos peras y cansados
volvíamos en el coche sin tormentos,
ni penas ni otras cuitas e ignorando
que un día os marchariais y nosotros
con cara de apenados observando
atónitos el fin de nuestra infancia
y de un mundo que aquí tal vez no vuelva:

El mundo de la paz y la ignorancia
de todo aquello que nos hace malos
y que impide que seamos como niños.

Recibe desde aquí nuestro cariño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario