martes, 25 de febrero de 2014

Los desimputados.

Es que me niego rotundamente a creer que por el hecho de que se lleguen a acuerdos o que fallos procesales y demás motiven el archivo de las causas judiciales de tantos y tantos políticos ahora se instalen en el victimismo y encima reclamen la restitución de su mancillado honor. Faltaría más.

Resulta que ultimamente se han archivado una serie de procedimientos abiertos contra políticos de todo pelaje por la imposibilidad de demostrar irregularidades cometidas en el desempeño de sus cargos, y entonces se convierten en inocentes a los que no se ha aplicado la presunción de inocencia... pero ninguno ha dado explicaciones de por qué se hicieron obras en su casa, por qué adjudicaron a su primo un concurso  que nunca fue un concurso o que hacía en una gasolinera con un delincuente o en un barco con un traficante.

Y creo que cualquiera que me haya seguido minimamente sabe que, pese a mi espíritu crítico y pese a creer que por cada político al que se corrompe hay un "corrompedor" igual de sinvergüenza, no soy de los que critico por criticar. Por eso me parece digno de vergüenza que, ante tantas irregularidades como van apareciendo en la prensa, en las redes sociales, en la calle y en todas partes, se festeje que no se ha podido probar nada como si eso implicara la inocencia del encausado.

Por fortuna creo que los ciudadanos hemos mostrado por activa (manifestaciones, redes sociales, páginas de firmar, encuesta del CIS) y por pasiva (abstención, cambio de voto a otros partidos, votos de castigo) que nuestra principal preocupación es la corrupción y que nuestro principal problema es la partitocracia imperante.

Y creo que hace mucho tiempo llegó el momento de que todos se retraten, que la transparencia sea el afán común, que sepamos qué cobra cada uno por cada cosa, y que si uno es edil, diputado provincial y representante en cualquier ente público o mixto nos digan a razón de cuanto esta su hora de trabajo. Porque ya está bien de que de una forma impúdica publiquen sus dineros y estos se cuenten en cientos de miles de euros y que encima nos demuestren que todo era legal. ¿Pero desde cuando lo moral se corresponde con lo moral? ¿Pero es que ya no queda un solo justo en Sodoma?

Confío en que llegue el día en que nos avergoncemos de que nuestros amigos, conocidos y familiares digan que son lo que no son para acceder a un cargo público en el que ejercerán su incompetencia, cuando no su falta de principios, y se porten como lo que se supone que son.

Porque hay una cosa que está más que clara ¿A ninguno os sorprende que con la cantidad de medios que hay actualmente para consultar la opinión del ciudadano siempre funcionen a contra-pelo cuando las cosas no nos gustan?

Imaginaros tan solo qué pasaría si el CIS tuviera una página en la que se pudiera votar siempre con, por poner un ejemplo, el DNI. A lo mejor la gente entraba y decía que no quería tal cosa o tal otra, o que sí querían otra más. Pero claro, esto significaría no poder salir en los mediois diciendo perogrulladas del estilo "es la voluntad del pueblo", y eso hoy en día no lo quieren nuestros futuros consejeros de empresas eléctricas.

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