sábado, 15 de febrero de 2014

Facebook

Bueno, el Facebook ¿Quién no conoce la red social que se ha convertido en tantas cosas ya que no se sabe si es para cotillear, cambiar el mundo, hablar con la familia o tratar de hacer dinero?

A mí personalmente me gusta bastante y creo que gracias a esta plataforma se consiguen difundir mensajes que antes no llegaban a nadie, además de hacer una labor importantísima en la difusión del patrimonio material e inmaterial, de dar voz a minorías que antes no la tenían, de servir de vehículo de debate para casi cualquier ocurrencia humana... vamos, que a mí lo del Facebook me parece genial; de hecho cada vez que alguien comparte alguna de mis entradas la audiencia sube una barbaridad, lo que para mí prueba que es un excelente difusor de cualquier cosa lícita o ilícita que queramos compartir.

En Facebook te encuentras de improviso viejos amigos de esos que hace tiempo que las circunstancias de la vida habían alejado, y cuando la amistad era profunda suele ser un alegre reencuentro que, al menos en mi caso, ha servido para retomar historias que yo ya había dado por conclusas y que han renacido con ternura, omisiones y referencias que me han hecho rememorar tiempos más fáciles.

También me he encontrado en muchos grupos a gente cuyo bagaje cultural no le habría dado acceso a cierto grado de debate y que ha podido participar de cosas antes sólo accesibles para el mundo oficial de cada ramo. En casi todos estos casos he sentido un profundo respeto por las infantiles gramáticas de gente ya entrada en años intentando aprender lo que la vida no les había enseñado.

También he visto mucha reivindicación descarnada y hasta cruel de posiciones extremas y para mí injustificables. No puede ser negado que la red social por antonomasia está poblada de políticos, pero es igual de cierto que la sola posibilidad de elegir lo que te llega y lo que no no ha permitido que se mediatice como sí lo han hecho todos los medios de prensa en cualquiera de sus habitualmente iguales avatares.

Hay dos especies en Facebook que yo estoy eliminando de mis contactos porque han llegado a cansarme de verdad: Los cotillas y los sectarios; el otro día hice una razzia entre mis contactos y, tal vez lo que más me sorprendió es que uno de los nominados me pidió amistad casi al instante. Sí, incomprensible, lo sé; una persona que en dos años no ha aportado nada (ni siquiera un me gusta) y que está tan al tanto del asunto que sabe que lo has borrado al instante. A mí me parece hasta enfermizo.

Los sectarios son incluso peores, y suelen pertenecer también al grupo anterior. En más de una ocasión algunos que se decían amigos míos han publicado cosas que me parecían molestas o directamente ofensivas y contrarias a derecho y he tratado de debatirlo, y me he encontrado con insultos personales. Como me gusta el debate he tratado de demostrar con referencias aquello que defiendo con mis palabras, y he sufrido ataques de todo tipo. Tal vez el más exagerado el de uno que se dice amigo y copio mis publicaciones y las hizo públicas para denostarme, demostrando así ignorar que atacar a las personas cuando se carece de argumentos sigue siendo el arma de los necios.

Luego están los grupos que se politizan, que he ido abandonando con el tiempo harto de recibir insultos personales de rivales de escasa formación e imaginación. Para mí fue una pena porque me he encontrado "adversarios" dialécticos más que dignos con los que he entablado interesantísimos debates que han enriquecido mi punto de vista.

Pero un día me harté, que es a lo que iba, y decidí que para insultos ya tengo a los Bardem y a Izquierda Unida, y cada vez que leo insultos dirigidos a grupos de creyentes, simpatizantes o pertenecientes a alguna religión, ideología o partido borro a su autor sin debate previo, porque llega un momento en que te cansas ¿No?

Y es que una cosa es decir que hay muchos casos de pederastia en la Iglesia Católica, por ejemplo, y otra decir que los católicos son pederastas; una cosa es decir que en el Partido Popular hay muchos corruptos y otra que te digan que si eres del PP eres un facha o ya más aun cuando te llaman racista, machista y asesino por decir que te consideras de derechas.

Pero yo personalmente no es que tenga muchos problemas, porque a todo el que he agregado lo conocía previamente y en general todos los ataques venían del mismo lado, ya que nunca he ocultado lo que pienso.

En fin, interesante experiencia esto del Facebook. Personalmente considero que es una excelente herramienta y espero que siga muchos años y que la gente, cada día más, lo utilice para cosas mejores. Y tal vez llegue un día en que los políticos lean lo que realmente nos importa a los ciudadanos y algún Cid nos saque de este pantano. De corazón lo espero.


No hay comentarios:

Publicar un comentario