miércoles, 5 de febrero de 2014

El otro Rajoy.

Llevo unas semanas recibiendo invectivas contra el actual presidente del gobierno, de las cuales quizá la más extraña es la de que es un perverso sexual que en realidad tiene la cara reconstruida después de que se le deformase en un terrible accidente de tráfico. No deja de ser curioso que al lider conservador que ha desarrollado políticas más conservadoras (y ahí están la LOMCE y el proyecto de ley del aborto) se le achaquen terribles malformaciones (¿¿¿???) o ser algo que se supone que no es malo, como tener deseos sexuales hacia personas del mismo sexo.

Claro que lo realmente curioso no son los virulentos ataques desde la izquierda, eso ya suponíamos que iba a pasar después de que el gobierno conservador anterior hundiera un petrolero con el único fin de fastidiar a los gallegos o entrara solo en una guerra que ningún país del mundo apoyó, con excepción de Francia, Italia, Estados Unidos... y así hasta medio centenar de países aliados tradicionales de España.

Pero claro, la gente mezcla churras y merinas con la misma facilidad que montoyas y tarantos, y así nos va; porque una cosa es decir que Rajoy rescató a la banca y lo pagamos los ciudadanos (independientemente de que se haya hecho una re-estructuración brutal alabada por propios y extraños y de que los fondos depositados en los bancos fueran de los ciudadanos) o decir que Rajoy confabula con los nacionalistas catalanes (aunque haya dicho no a todo desde el principio cuando Zapatero defendía que Cataluña sería lo que quisiera Cataluña) y otra muy distinta creer que en realidad es de izquierdas. También podemos decir que su política económica es un desastre y olvidar que Zapatero cogió al país con un paro del 11% y lo dejó en el 21% y que el déficit, la deuda y la prima de riesgo tuvieron la misma evolución y que cuando llegó el actual gobierno los números estaban no ya maquillados, sino directamente falseados.

Con todo esto no quiero decir que sea un gran admirador de este gobierno, del que me parece que sólo se salvan el ministro de educación, el de justicia en algunas cosas, el de agricultura y la de fomento, que creo que está haciendo un trabajo formidable. De los de economía, hacienda e industria pienso que los dos primeros están siendo muy valientes y que el último tiene buena intención pero no sabe, y la de sanidad y el de interior (sin entrar a plantearse sus intenciones) no llegan ni de lejos al aprobado.

Pero claro, todo esto no puede menos que hacernos reflexionar acerca de cuál fue el punto de partida de todas estas carteras, y la verdad es que es para echarse a temblar. La economía, la industria y la hacienda públicas destrozadas, la sanidad sin un duro y empeñada tan solo en extender el aborto, interior con chivatazos a ETA y pasando de los nacionalismos, la agricultura con pérdidas constantes de empleo... y luego un montón de ministerios inútiles comiéndose los fondos comprometidos por el voluntarista ministro de fomento anterior que en esos momentos luchaba contra una imputación que al final se archivó (y hasta aquí puedo leer).

Pero dicho todo esto me parece fatal la mentira descarada y el insulto directo sin fundamentos. Y sobre todo porque en este país de memoria de mejillón olvidaremos todo si, como parece, en un par de años las cosas van mejor, y daremos nuestro voto al que esté sin confrontar nuestros principios con los suyos; porque no olvidemos que todo esto de que la gente robe, no declare, defraude y se corrompa lleva siendo nuestro hábitat natural desde el felipismo y que ahora al menos no hay la descarada impunidad de entonces, cuando ese vice-todo que era Alfonso Guerra reía las gracias de los sinvergüenzas de sus hermanos.

Coincido con mucha gente más lúcida e inteligente que yo en que es el momento de que terminemos está transición y que los ciudadanos utilicemos nuestra mejor arma para decir lo que queremos. Tenemos medios que antes no teníamos, sobre todo internet, y acceso a muchas noticias que antes se nos ocultaban.

Votemos, pues, en conciencia en las próximas elecciones y que esto sirva de toque de atención a todos los que se han apoderado conscientemente de la voz del pueblo, y después seamos lo suficientemente responsables como para aceptar el sentir de la mayoría, sea esta del signo que sea.

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