jueves, 20 de febrero de 2014

¿Adonde van nuestros cuartos?

Hace unos pocos años nos habíamos prometido ser el país más sostenible del mundo mundial y llenar la piel de toro de aerogeneradores, paneles solares y desaladoras que iban a acabar con nuestra dependencia energética y además con el paro, de paso.

Por otra parte la reforestación y la mejora en la gestión de espacios protegidos iba a hacwer que todos los turistas que vinieran a España pudieran comprobar in situ los magníficos resultados de la reintroducción en su medio ancestral de la curruca apergaminada y de la tortuga levantisca, gracias todo a la gran cantidad de fondos invertidos no sólo en su cría en cautividad y reintroducción sino también en las mejoras de sus hábitats y en la creación de corredores verdes y de pasos elevados y rebajados en todas las vías del territorio estatal (si, ya, voy a decir nacional hablando de ecología: ni que fuera idiota).

Al final todo ha quedado más o menos donde estaba al principio salvo en lo que se refiere a la producción energética, que ahora es más cara y nos cuesta más a todos. Independientemente de que las eléctricas se han convertido en lo más odiado de España tras los políticos y la banca.

¿Pero de verdad no se ha hecho nada? ¿De donde viene ésta apariencia de laxitud en todo lo que se refiere a la gestión del medio? Pues yo creo que, como casi todo, de la nefasta política publicitaria del gobierno, porque lo cierto es que se invierte mucho dinero en políticas sostenibles y, en general, no se invierte mal.

Los nuevos modelos de palas, los nuevos paneles, las nuevas conducciones, centrales y transformadores deberían haber conseguido, no obstante, una mejora sustancial en los costes para los usuarios, y lo cierto es que todo parece haberse ido a hacer puñetas a modo de españolísima burbuja. Ahora que muchas concesiones hidráulicas empiezan a vencer y que todo el daño ambiental debe ser compensado ¿Veremos como se vuelan presas y llevamos todo cien años atrás? Pues no, ni de guasa, y además sería algo suicida. Pero no puedo menos que creer que si hace cien años, con lo poco que sabíamos, eramos capaces de llevar la electricidad a tantos sitios... pues ahora no debería ser tan difícil mejorarlo ¿No?

Y luego está toda esa energía undiomotriz, mareomotriz y demás renovables que se han convertido en prospecciones petroliferas en nuestros archipiélagos. desde luego hay veces que dan ganas de afiliarse a green-peace, porque vaya tela que nos vengan ahora con esas.

La eficacia, que es la única cualidad que no nos tocó a los españoles, debería provocar que fuéramos más eficientes y, a modo de aerored patrio, debería evitar las estúpidas burbujas que al final no sirven para nada. Un ejemplo fueron las subvenciones para instalar paneles fotovoltáicos a un precio disparatado (creo que cinco veces más que el actual) en vez de hacer inversiones serias en I+D+i y desarrollar productos que no sólo hagan mejorar el famoso mix sino que sean exportables a terceros.

Y si hay que hacer una central nuclear nueva con tecnología del Siglo XXI y cerrar las antiguas pues no veo que problema puede haber. Sé que es una solución a medio plazo y que al final tendremos que ir a lo cien por cien sostenible, pero estar pagando la electricidad al precio que lo hacemos es a todas luces excesivo.

¿Y los parques naturales? Bien, gracias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario