miércoles, 29 de enero de 2014

Fin (II)

Despés de que mis ojos hayan visto
del mundo tantos mares y parajes,
entonces pensaré que cultivado
habré sido y merezco un homenaje
por viajar con los ojos bien abiertos.

¿Conocí la injusticia? ¿Y he luchado
para ver que la misma ha terminado?
¿Me convertí en un tibio descreido
incapaz de luchar por la caricia
de un lisonjero halago que me dieran
aquellos que ante incómodas verdades
arrugaran la cara y la torcieran
mirando hacia otro lado incomodados
por escuchar de mi boca necedades?

Espero que al final sea yo un Cyrano
que parta con orgullo y el respeto
de aquellos que me vieron en la lucha
vacío tal vez de reconocimiento
pero orgulloso, altivo y aun seguro
de que el deber de un hombre aunque sea duro
tiene que ser cumplido en el momento
en que nos se nos presenta como un reto
ante Dios, los demás y ante nosotros
que tenemos cumplirlo en nuestra mano.

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