Que sí, que ya sé que estoy muy pesado con esto, pero es que ahora está el debate en el Parlamento y se defienden posturas que son para echarse a llorar, la última ayer mismo.
debatía el Ministro de Justicia acerca de los supuestos que se pueden despenalizar en la nueva ley proyectada y una miembra del PSOE le dijo que el prefería defender la vida de los que no han nacido que la vida de las mujeres, como si en algún momento del debate se hubiera mencionado algo sobre la vida de las gestantes. Eso es demagogia pura y dura, ya que el supuesto de peligro para la vida de la madre en ningún caso se ha pensado abolir, independientemente de que haya madres que ven peligrar su vida y otras que buscan una excusa para abortar.
El señor Gallardón respondió de una forma apasionada alegando que si ahora defienden acabar con las vidas de los no nacidos en cualquier momento se podría defender acabar con la vida de los ya nacidos, aunque esa linea roja todavía no se ha planteado con la excepción de la eutanasia activa o pasiva, que es lo que parece dividir a la progresía en cuanto a su justificación moral, no existiendo todavía indicios de que se pretendan realizar eutanasias eugenésicas.
Entre medias se empiezan a guardar los sables en las vainas al modo de las propuestas sonda del legislativo anterior, seguramente con la idea de quedar de dialogantes ignorando los principios que movieron al gobierno a impulsar una nueva ley que ponga el foco en la defensa de la vida en vez de un supuesto derecho no reconocido como es el de decidir si se quiere o no llevar adelante un embarazo.
En fin, seguimos viendo como la izquierda no se mueve un ápice del egoísta planteamiento del deseo personal, pero la lucha (dialéctica) está servida, como demuestran las manifestaciones de apoyo en Francia y Estados Unidos, la creación del partido VOX, los cientos de miles de adhesiones que tiene Gador Joya en su movimiento pro-vida y tantas otras muestras de que la humanidad no se ha vuelto definitivamente loca.
debatía el Ministro de Justicia acerca de los supuestos que se pueden despenalizar en la nueva ley proyectada y una miembra del PSOE le dijo que el prefería defender la vida de los que no han nacido que la vida de las mujeres, como si en algún momento del debate se hubiera mencionado algo sobre la vida de las gestantes. Eso es demagogia pura y dura, ya que el supuesto de peligro para la vida de la madre en ningún caso se ha pensado abolir, independientemente de que haya madres que ven peligrar su vida y otras que buscan una excusa para abortar.
El señor Gallardón respondió de una forma apasionada alegando que si ahora defienden acabar con las vidas de los no nacidos en cualquier momento se podría defender acabar con la vida de los ya nacidos, aunque esa linea roja todavía no se ha planteado con la excepción de la eutanasia activa o pasiva, que es lo que parece dividir a la progresía en cuanto a su justificación moral, no existiendo todavía indicios de que se pretendan realizar eutanasias eugenésicas.
Entre medias se empiezan a guardar los sables en las vainas al modo de las propuestas sonda del legislativo anterior, seguramente con la idea de quedar de dialogantes ignorando los principios que movieron al gobierno a impulsar una nueva ley que ponga el foco en la defensa de la vida en vez de un supuesto derecho no reconocido como es el de decidir si se quiere o no llevar adelante un embarazo.
En fin, seguimos viendo como la izquierda no se mueve un ápice del egoísta planteamiento del deseo personal, pero la lucha (dialéctica) está servida, como demuestran las manifestaciones de apoyo en Francia y Estados Unidos, la creación del partido VOX, los cientos de miles de adhesiones que tiene Gador Joya en su movimiento pro-vida y tantas otras muestras de que la humanidad no se ha vuelto definitivamente loca.
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