miércoles, 8 de enero de 2014

Asco

Se celebró en un antiguo matadero, qué apropiado, una reunión de terroristas vascos liberados por la derogación de la retroactividad de la Doctrina Parot amparada por los socialistas españoles. En él, tras la exigencia por los convocantes del derecho a la autodeterminación e independencia de las provincias vascas un periodista de Intereconomía les invitó a pedir perdón por los más de trescientos asesinatos cometidos por tan nutrida representación de cobardes; ni que decir tiene que fue aplaudido por algunos periodistas asistentes fue expulsado sin más miramientos por tan demócratas paisanos.

Lo que tiene la democracia. Tal vez algunos de mis lectores ignoren que la banda terrorista ETA, a la cual pertenecen, ha asesinado a sangre fría y sin un enfrentamiento directo -no son tan tontos- a más de ochocientas personas en las últimas cuatro décadas, además de causar múltiples mutilaciones y un quebranto económico brutal difícilmente calculable a base de sabotajes, bombas, desórdenes callejeros, extorsiones, chantajes... y eso sin hablar de algo no cuantificable como el dolor de las familias, el miedo, la ausencia de libertad, los exiliados y la creación de un clima poco propicio para la inversión nacional o extranjera.

Ahora, tantos años después de intentar convencernos de lo buena que fue la transición, de las necesarias cesiones, de la generosidad de las fuerzas políticas y demás zarandajas nos vienen a decir que los muertos, el terror, la cobardía o la infamia fueron para nada; empieza de nuevo el partido y vamos a darnos un nuevo marco de convivencia, seamos demócratas y demás basura bienpensante.

Pues por mí parte niente. Estos adalides de la libertad de expresión o de reunión, de la reinserción, de la penitencia pasada y del ya han pagado por sus crímenes nos quieren hacer creer que nada de esto ha servido de nada, que lo que hay que hacer es ceder a sus pretensiones, que si no quieren estar pues que se vayan... ¿Pero es que nos hemos vuelto rematadamente idiotas o es que, directamente, somos gilipollas? Si el Estado no envió una brigada de infantería acorazada a acabar con el conflicto, sino que usó sus sistema policial fue porque se había definido un marco de convivencia que unos respetaron (los muertos) y otros no (los asesinos).

Ya no es sólo que sienta asco, que lo siento, pero si el partido empieza de nuevo no olvidemos que se pueden poner nuevas reglas, y que a lo mejor las nuevas reglas no son tan beneficiosas para esa banda de cobardes que, amparándose en el anonimato y en la clandestinidad, acabaron con la vida de muchos de nuestros compatriotas, y suyos también, que asisten estupefactos como unos asesinos convictos que se han beneficiado de una redención de penas que en algunos casos sobrepasaban los mil años ahora vengan a exigir nada reconociendo que ellos también tienen parte de culpa.

El País, por cierto, se desmarca del sentir mayoritario de nauseas y celebra el paso de los terroristas y La Voz de Galicia apenas da cuenta de la noticia. Y por cierto, la prensa de izquierdas no informa de la petición del mencionado periodista de que pidan perdón; la verdad es que el cuatro de Enero fue un sábado en el que millones de españoles sentimos asco, sólo espero que toda esta porquería nos vaya despertando y empecemos a poner los puntos sobre las íes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario