domingo, 1 de diciembre de 2013

¿Humildemente?

Voy a dejar que mis dedos se deslicen sobre el teclado y que digan lo que quieran.

He pasado un aperitivo, una mañana y una sobremesa de domingo perfecta ¿Qué queréis que os diga? Sí, por supuesto que me he vestido distinto que el resto de los días... para mí el Domingo es el mejor día de la semana. Es el día en que no me importa gastar más, en el que me pongo mis mejores zapatos, en el que intento acabar la semana con ganas para empezar bien la siguiente.

Conozco gente que pasa más tiempo pensando en cómo le molestan los demás que en qué hacer para facilitarles la vida; son pocos, pero de verdad los conozco.

Hay familias que necesitan pasar un par de años solos para que se den cuenta de lo que necesitan. Hay gente que se merecería convivir con sigo mismo, que nadie se ofenda.

Hoy he decidido contribuir a la idea que tiene Europa de mi país: He comido en un sitio barato, en el que tardan en atender y en el que todo el mundo habla con el camarero como si fuera su amigo y lo trata como si fuera su siervo.

Hay más de uno y más de dos que se sienten superiores a los demás: No nos lo digáis, vivimos felices sin saberlo.

Si quisiera que me enseñaran algo iría a la escuela ¿Es que nadie se va a dar cuenta de que yo tengo razón?

Paso más tiempo pensando en las muchísimas cosa que hago por los demás que en las pocas que ellos hacen por mí.

Odio que todos esos que se dicen cristianos gasten un dineral en celebrar los bautizos de sus hijos pese a no ir a Misa ni siquiera una vez al año. En cambio yo que no falto nunca gasté poquísimo dinero pensando en lo poco que se merecen los demás mi generosidad.

Yo, que casi siempre hago todo bien, no puedo aguantar la falta de humildad que demuestran los demás.


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