domingo, 20 de octubre de 2013

I+D+i, cine español y gatotecas.

Quedamos un amigo y yo para tomar unas cervezas. Un amigo de esos inalterables, de los que sabes que el tiempo no va a alterar aunque la edad nos vaya pasando factura a todos. Hablamos del trabajo, de nuestros hijos, de la sociedad, de la cultura del esfuerzo, de la desafección de la ciudadanía por la clase política y de izquierdas y derechas, llegando a la conclusión inevitable de que todo tiene que cambiar. Visitamos la cabaña de Turmo, como tantos otros de nuestra generación; esa cabaña en la que hablamos de quién se casó, quien está tan guapa como siempre y de a quién arrolló la vida como un mercancías... mientras tanto el gobierno juega al escondite con el mundo del cine, que se autodenomina mundo como si en verdad fuera el centro del universo. Algunos investigadores piden que se incremente el presupuesto de investigación, desarrollo e innovación y se anuncia la apertura de una cadena de gatotecas, donde a cierta gente que no se ha dado cuenta de que hay gente que no comería si no fuera por la generosidad de otros tiene la oportunidad de acudir a que sus mascotas socialicen con otras, ignorando que no hay nada menos social que esos felinos que fueron creados (o evolucionaron, no pretendo iniciar un debate teológico) para ser sociables sólo cuando tienen que aparearse.
El mundo es cada día más poliédrico, menos uniforme. En el preciso instante en que un ferrolano inventa un aerogenerador pensado para instalar en viviendas particulares y un madrileño lo deja todo para abrir un call-center que asesora a embarazadas para que no aborten, hay gente que se arregla para ese nuevo invento hedonista que se ha bautizado como after-work, que consiste en acabar las jornadas de trabajo vaciando el cerebro como el maestro Yoga le decía a Luke Skywalker. Mientras tanto los dos grandes partidos nacionales debaten sobre cuál de los dos tiene un mayor porcentaje de chorizos, Albert Rivera manifiesta que se presentará a las elecciones generales si puede obtener escaños, Artur Más y Soraya se pelean para dilucidar cuál es más importante y Aleix/Alejo dice que el partido de sus amores se ha roto porque a él no le hacen caso. A lo mejor podríamos exportar lo raros que somos en este país, incluso podríamos tener los mejores sociólogos del mundo, porque a pirados no nos gana nadie. Y a mí el cine español me parece un coñazo, y dado el número de espectadores que tiene en España y el total de cintas que se exportan, empiezo a pensar que no soy el único.

No hay comentarios:

Publicar un comentario