martes, 3 de septiembre de 2013

Madrid

Y otra vez en Madrid, y ya ni sé cuántas van. A mí me encanta esta ciudad, la capital de España nada menos, y realmente creo que es una gran incomprendida. Lo primero que suelo hacer al llegar a Madrid es encontrarme con alguien de Ferrol, especialmente en el aeropuerto y en las estaciones de tren; este misterio sin resolver ya hace de por sí atractivo el viaje, porque a veces son conocidos y a veces alguna de nuestras glorias locales. Es una de las primeras cosas que pienso preguntarle a Dios si algún día me acepta en sus pagos ¿Señor, por qué los de Ferrol siempre nos encontramos a algún paisano cuando viajamos? Porque yo estoy seguro de que es por algo, pero bueno, que me desvío: Madrid no fue la capital hasta que lo decidió Felipe II, al que se le atribuye ser el creador de las tapas por haber promulgado una orden tratando de evitar que los carreteros se vieran afectados por tomar vino en seco. En la carretera de Cádiz a San Fernando está El Ventorrillo del Chato, donde además de tener los restos de un gabacho presumen de haber inventado la tapa y luego atribuyen la real orden a Alfonso X, que vivió en el Siglo XIII y reconquistó la ciudad, abriendo por lo que se ve una venta donde empezó a ofrecer tapas en la playa. La verdad es que a Alfonso X le debemos mucho, quizá por eso es de los pocos Reyes de España que no tiene un apodo peyorativo como el impotente, o el rey pasmado. Pero él no fue el que llevo la capitalidad a Madrid, sino Felipe II, que acabó ordenando la construcción del Escorial con el botín ganado a los franceses en la batalla de San Quintín, donde un ferrolano, don Alonso Pita da Veiga, apresó al rey francés. Por cierto, en el Escorial se come un cabrito muy rico, es algo así como el plato típico. A mí siempre me ha extrañado el poco cabrito que se come en Ferrol, porque es una carne que a mí me gusta mucho... pero hablábamos de Madrid y de Pita da Veiga, que acabó estableciéndose en Puentedeume, donde he tomado las bravas más ricas de mi vida. Esto... sigamos: En la Plaza de la Villa se conserva la torre donde estuvo preso Francisco I de Francia ¡Pero fue en la batalla de Pavía! ¿Por qué habré dicho en San Quintín? Ah, si, hablaba de Felipe II. Por cierto, una de las maneras más típicas de preparar el bacalao en Madrid son precisamente los soldaditos de Pavía, que son trozos fritos en pasta; me parece recordar que era en la Taberna del Alabardero, frente al Palacio Real, donde los bordaban, aunque el sitio era un poco caro. Muy cerquita de allí, ya en la calle Mayor, estaba la casa de esa chica del parche que consoló al monarca entre alguna de sus cuatro esposas, o tal vez simultáneamente a ellas, la princesa de Éboli; bueno, pues si bajas hasta la calle Segovia y vuelves a subir hacia la Latina, en la primera bocacalle a la derecha hay un restaurante mexicano que es el mejor que he visitado, y eso que he estado allí... pero bueno ¿Donde estaba? ¿En la Calle Mayor? Pues eso, ya llegando a Sol está el Mercado de San Miguel, que es el mejor gastro-bar del mundo por dos cosas: Porque es del tamaño de un mercado y porque está pegado a la Puerta del Sol y a la Plaza Mayor, que a su vez se unen por la calle de Postas, donde sirven los mejores bocadillos de calamares del mundo. Si atraviesas la plaza y bajas por el Arco de Cuchilleros te encuentras la zona más visitada por Hemingway, y un poquito más adelante con la Cava Baja, donde se encuentran Lucio con sus huevos rotos, Don Julián de Tolosa con sus chuletones, La Posada de la Villa con sus asados... ¿Sabéis qué? Mejor me voy a cenar y otro día os cuento algo de Madrid. ¿Os he dicho que Madrid está llena de ferrolanos?

4 comentarios:

  1. Me encanta Madrid, y la zona de la que hablas, más.

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  2. Madrid es una ciudad bastante mágica. Los que la conocemos a fondo seguimos descubriendo sus secretos. Sigo teniendo una citas incumplidas con algunos de sus tesoros. Con el tiempo se hará "justicia turística" con una ciudad tan bonita y divertida.

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  3. Te ha faltado decir que si viajas a Madrid en coche siempre te encuentras algún ferrolano en Vega de Valcarce...

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  4. Pues es verdad. Pero hoy me encontré a una Sobrino en la calle Serrano.

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