domingo, 1 de septiembre de 2013

Estaca de bares. Lo bien hecho.

Imaginemos por un momento que vamos al dentista y nos hace un daño tremendo y no nos arregla bien la muela. Lo normal es que busquemos otro. Ahora que llevamos el coche a lavar y nos lo dan lleno de manchas. Ahora que nos compramos una camisa y le faltan tres botones... podría estar poniendo ejemplos hasta aburrirme, pero creo que con los anteriores queda explicado suficientemente. Casi todos conocemos muchos sitios en los que el cuidado por la elaboración del producto se descuida en alguno de sus pasos; ingredientes de baja calidad, manipulación deficiente, mala cocción, mala presentación, ración inadecuada, mal servicio, precios excesivos... a mí me pasa continuamente: Filetes aceitosos, carne con pellejos, el camarero que mancha el mantel, vino ya pasado, cervezas aguadas... y siempre pienso que si en el precio del cubierto está incluido todo el ciclo hostelero hay veces que deberíamos pagar la mitad. Los restaurantes son como los políticos, por que una vez los eliges ya no los controlas y tienes que asumir lo que decida la dirección del mismo. Afortunadamente no se elige restaurante para cuatro años y siempre está la opción de quejarte al camarero o al jefe de sala acerca de algún plato o del mal estado de un vino. En Ferrol hay un sitio por el que yo no pagaría y otro al que tolero más sus defectos. El primero es O Medulio, donde falla el trato con el cliente. Es un caso curioso: Un sitio bonito, con ingredientes buenos, correcta (y ya está) elaboración de los platos, un trato poco educado y una cuenta abultada... en fin, con su pan se lo coman, lo aguanté una vez, la segunda lo ha tachado de mi guía. Enel extremo opuesto, aunque hace mucho que no voy, está O Pazo do Monte: Un sitio precioso, un servicio exquisito, un menú innovador sin estridencias y bien elaborado... recuerdo mi primera vez allí: al entrar nos obsequiaron una copa de cava y de aperitivo una espuma de coliflor con rustido -fue mi primera espuma, qué cosas- que me llamó la atención por lo logrado del sabor. Acto seguido pasaron unas cestas con diferentes panes mientras elegíamos las bebidas. Recuerdo que alguien pidió una carrilleras con grelos que estaban muy buenas, yo creo que tomé pato. Es curioso, no recuerdo muy bien lo que comí, sólo que me fui con muy buenas sensaciones, y que a todo al que se lo he recomendado me lo ha agradecido. Sin embargo no tiene mucha fama, de hecho me consta que el otro recibía muchas más visitas VIP. Voy a permitirme el lujo de hacerle publicidad gratuita al segundo, y así les agradezco ese afán por hacer las cosas bien; porque a mí no me importa tanto que el producto no me encante como que no le guste ni al que lo hace, a todos nos gusta lo bien hecho, y además siempre. Si venís a Ferrol o estáis allí y queréis pasar una agradable jornada en compañía de algún ser querido os recomiendo que vayáis a San Pedro de Leixa y disfrutéis desde la llegada hasta la salida, de una forma serena, sin buscar estridencias ni cosas llamativas. Y si sois alguno de mis lectores de fuera de España decirlo, decirle al jefe de sala que venís de muy lejos y que queréis llevaros una grata experiencia de Ferrol, y os atenderá bien, porque allí les gusta lo bien hecho.

Os dejo su dirección por si queréis curiosear.

http://www.pazodomonte.com/home1.html

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