Comentaba ayer con mi mujer, después de escuchar la noticia de que el famoso "bigotes" había regalado la iluminación de la boda de la hija de Aznar que el problema de este matrimonio es que se creían los Kennedy, con la diferencia de que los Kennedy ya gozaban de una influencia importantísima antes de que John Fitzgerald accediera a la presidencia. El abuelo Kennedy era un personaje curioso, con una manera de ver la vida entre el patriotismo y la inmoralidad más cínica, pero que creó una saga que perdura hasta la actualidad. En el caso de nuestros Kennedy mezclaron la prepotencia de la saga americana con el kirchnerismo, habiendo llegado la "primera dama" a alcaldesa de la capital de España por designación directa y acumulando una serie de escandalosas meteduras de pata. Esta mañana me desayuno con una entrevista al macho Alfa y justo es lo que declara, que es kennedyano. En fin, a algunos se les ve venir a leguas: Boda de estado, primera dama sustituyendo a la Reina, designación directa para un cargo público relevante, enriquecimiento del yernísimo, clubes de campo, SPAs... ¿Pero se darán cuenta algún día nuestros representantes de que están a nuestro servicio?
No hay comentarios:
Publicar un comentario