domingo, 19 de mayo de 2013

Chamorro

Apagó el cigarro contra el pretil del mirador.

- Lo que me molesta no es pensar en si me quieres o no- Encendió otro y le dio una profunda calada - lo que no puedo soportar es esa sensación que transmites de tener la sartén por el mango.
- No hay quien te entienda.
- No me importa, no se trata de que nadie me entienda. Hace tiempo que creo que da igual lo que haga, porque todo está sujeto a tu escrutinio.
-Me molesta muchísimo que hables así.
- Ya - Hace tiempo que su mirada se perdía en el horizonte - Eso es exactamente a lo que me refiero.
-¿Estás insinuando algo?
- Yo no insinúo nada, me limito a constatar lo que ambos sabemos.
- No lo digas.
- Da igual que lo diga o no, eso no va a cambiar el hecho de que esto se acabó.
- ¿Entonces piensas dejarme?

La observó detenidamente, evaluándola como si fuera la primera vez que la veía.

- Ni siquiera sé por qué estamos juntos.

Ella empezó a llorar.

- Después de todo lo que hemos pasado...
- No creo que realmente te importe. A mí seguro que me da igual, pero ten en cuenta una cosa -Ella lo observó con los ojos llenos de lágrimas - Cuando encuentres a otro no intentes cambiarlo. Si te gusta trata de disfrutarlo, y de comprender que hay cosas que no serán exactamente como tú quieres.
- Pero yo te quiero.
- A mí no. Tal vez quieras a quien creías que era, o a alguien que se parecía a mí hace tiempo, pero ten por seguro que a mí no me quieres.
- ¿Entonces se acabó?
- Hace tiempo que se ha acabado, no sé a qué viene está pregunta.

Ella sonrió. De pronto se dio cuenta de que él tenía toda la razón, y que al fin y al cabo no tenía ninguna importancia. Sí le quería, muchísimo, pero no era él. La próxima vez... ¿Qué próxima vez? Observó las primeras luces de Ferrol. "Desde aquí todo se ve distinto".

- ¿Me das un cigarro?
- Creí que lo habías dejado.
- Ya. Hay tantas cosas que no sabemos el uno del otro.

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