jueves, 30 de mayo de 2013

Buscar una sonrisa

No es otro que arrancar una sonrisa
el anhelo que mueve mis escritos.
No busco los laureles, ya los tengo
con sólo un sentimiento positivo.
No busco la alabanza zalamera
ni escondo de la crítica a mis versos,
es más, yo me pregunto seriamente:
¿por qué iba a buscar eso?

No es más que otro cuaderno lo que pongo
en negro sobre blanco; son palabras
que se van convirtiendo en borradores
de un lego en la materia, escribidor
incauto y empachado de imprudencia
buscando que le llamen escritor.

No pretendo que en la literatura
me citen con los años, es locura
de un ciego vanidoso, no cordura,
hacer que la escritura no sea pura.
Pero que nadie crea que no hay soberbia
en mis declaraciones, mis palabras...
de vanidad son fruto, como todas
las acciones que vienen de los hombres;
así somos, negarlo es cosa necia
Tratemos pues, al menos, de ser justos
y buscar la palabra verdadera.

Pero no todo es eso, o sólo eso:
También quieren mostrar que yo agradezco
a todos los que han hecho algún esfuerzo
-mis padres, mis hermanos, mis maestros-
por sacar a mi mente del desierto.
Es gracias a esos torpes artesanos
que cogieron un feo trozo de arcilla
lo mezclaron con agua y ahora esperan
que tenga alguna forma: Así es la vida.

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