sábado, 6 de abril de 2013

Los gallegos portugueses

Para desmontar las mentiras del nacionalismo gallego se necesita un poco de tiempo; no tanto como pudiera parecer, pero sí algo más que un pequeño articulillo de una mañana de sábado, por eso me paro en una y, si más adelante me acuerdo, les dedico otro rato. Me preguntaba un amigo andaluz, después de contarle que había pasado una semana en Portugal, si nosotros eramos como los portugueses, a lo que yo como buen gallego le pregunté que en qué sentido. El me contestó que bueno, como tenéis el mismo idioma, y estáis pegados. Después de hacerle ver que los gallegos estamos exactamente igual de pegados a los portugueses como los andaluces, los extremeños o los castellanos y hacerle reír por ellole expresé que a mi modo de entender los nacionalistas gallegos, a falta de mejores argumentos, se han empeñado en homogeneizar lo que ni si quiera está mezclado. Portugal, una vez cruzas a raia es tan poco Galicia como pasa al contrario. De repente cruzas el Miño y las muñeiras se convierten en en fados,el marisco en bacalhau y o viño do Rosal en vinho verde. No somos portugueses ni ellos gallegos. En Galicia no conozco un sólo restaurante portugués, aunque supongo que en Portugal sí hay restaurantes gallegos, como en Madrid, Barcelona o Estados Unidos. Pero es que además Galicia, mi tierra amada, nunca ha estado ni cerca de lo que ha sido Portugal. Pese a que no quepa mucha duda de que el idioma portugués proviene del gallego, como el gallego del latín, no hay tampoco ninguna de que hace tiempo que no son el mismo. Mis amigos que saben portugués me cuentan que incluso en Brasil o en otros países de habla portuguesa el idioma -tal y como pasa con el castellano- ha evolucionado y se ha ido diferenciando. Portugal ha sido una gran potencia comercial y política, que ha expandido su cultura hasta Asia y que en su momento, repartiéndose con España el mundo mediante el Tratado de Tordesillas, ocupó no sólo Brasil sino gran parte de la costa Africana. Vamos, que Portugal ha sido una potencia mundial. Los gallegos, ni en ese momento de máxima expansión, fuimos ni miembros ni aliados de los vecinos de Porto Calem, y si bien es cierto que la diócesis Bracarensis comprendió Galicia entre el Siglo III y la invasión musulmana, no lo es menos que ya nunca hubo ninguna unión ni política ni administrativa salvo como parte del Reyno de Leon tras la retirada de los omeyas. Ahora no quiero entrar a explicar como la gallaecia hispana no era más que la parte de la península donde predominaban los celtas, porque alguno vendrá con que ese es nuestro verdadero origen (es curioso que tengan más importancia la influencia durante tres siglos prehistóricos hace dos mil años que mil años de historia común con los astur-leoneses hasta la actualidad, pero en fin) pero sí que me gustaría que se sepa que para mí Portugal es un pueblo admirado, respetable y querido, con una riqueza cultural y artística envidiable y, sobre todo, con una identidad muy rica que ha tenido influencia gallega, pero que hace mucho tiempo, como los buenos hijos, ha superado con creces al maestro.

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