domingo, 7 de abril de 2013

En el pinar (I)

He dejado el coche a la vera de los pinos,
La guardia sudorosa controla los caminos.
No se oye un solo coche.
No se oye un solo ruido,
A lo lejos, tal vez una rapaz,
Se oye un graznido.
Un par de enamorados pasean.
Suspiros.
Un hombre coge setas que guarda en una cesta.
De pronto una familia con sus niños:
Ahora se oyen gritos.
Al borde del pinar hay unos prados
Y en ellos se solazan dos caballos,
la madre y su potrillo.
Un niño se decide a molestar.
Se oye un relincho.
Un ave echa a volar con el sonido.

Empiezo a pasear y mis sentidos
parecen retornar, ahora mi oído
puede discriminar:
Una rama a mis pies hace un chasquido,
Se repite a lo lejos, inaudito,
el martillar de un pico pica-pinos.
Y casi silenciado, oigo un chillido.
Me pregunto de quién, quizá un erizo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario