sábado, 16 de noviembre de 2013

Los adheridos

De estas últimas semanas me quedo con pocas cosas buenas que comentar y con mucha basura que sacar. El principal escollo que ha creado en esta ocasión la clase política, que parece empeñada en matarnos a disgustos, es la derogación de la interpretación retroactiva de los beneficios penitenciarios ante determinados crimenes cuya gravedad afecta de una forma más directa a la sociedad: La Doctrina Parot, vaya. Ahora que ya no se trata sólo de soltar a unos heróicos terroristas a los que -pobres- no se les deja disfrutar de su merecido premio por haber dejado de matar, sino también a asesinos, violadores y otros ciudadanos con el sacrosanto derecho a la reinserción, vamos a asistir a una oleada de incomprensiones reflejadas en artículos y tertulias, alguna manifestación y declaraciones más o menos altisonantes, además de movilizaciones masivas en las redes sociales, y en un año nadie se acuerda de esto excepto las víctimas, y eso es lo malo: que habremos dejado de lado a los que han sufrido y siguen sufriendo con los delitos que estos liberandos han cometido.

También hemos vuelto a comprobar como la naturaleza no está ni mucho menos domeñada por el autoproclamado rey de la creación. Los designios del Señor, inexcrutables desde el inicio de los tiempos, han vuelto a demostrarnos que somos una especie tan misérrima como las demás, dominadores sólo de una pequeña burbuja en la cual nos creemos intocables. Que Dios guarde las almas de los fallecidos y auxilie a todos los que están sufriendo.

Seguimos horrorizados por el asqueroso crimen de Asunta Bastarra y tenemos que soportar un ruido mediático infumable; ignoro si se va a confirmar aquello a lo que apuntan los indicios, pero en caso de que así sea espero que se cree una Doctrina Bastarra conducente a que los hijos de puta se mueran en la cárcel, y perdón por la grosería.

Se dictó sentencia en el caso Prestige y parece ser que los supporters del Pp suspiran aliviados de no hber sido declarado culpables mientras que los de la otra ala se indignan de que no se haya condenado a nadie cuando está tan claro que hay tantos culpables. Y yo, que soy gallego, pienso que ni para el uno ni para el otro: Hay culpables y hay responsables pero sigo sin estar del todo convencido de que el entonces partido gobernante tuviera un interés tan claro en hundir un petrolero lleno hasta las trancas de petroleo frente a las costas gallegas; es que no lo acabo de ver, oye.

Por otra parte me he quedado estupefacto por la llamada de un mozalbete de cuidado acento y discurso progre acusando a un programa de fomentar la Caridad... es lo más raro que he escuchado en mi vida, que acusen a alguien de algo bueno. Cualquier día te insultarán diciendo ¡Generoso, que no eres más que un generoso!

Pero lo que más me sorprende, de verdad, es la adhesión; sí, la adhesión como tal, y me refiero a ese tipo de gente que está a favor o en contra en bloque de un partido político, un equipo de fútbol, de su prima la de Burgos, de un pueblo o de una cafetería. Yo no soy adicto más que al tabaco, y por eso no puedo dejar de sorprenderme de toda la patulea que se adhiere a las corrientes de opinión generadas por sus particulares gurús, sean estos quienes sean. Lo último pasmoso que he leído es la opinión de un socialista de la villa de Ares, vecina a Ferrol, alabando a Rodríguez Zapatero por haber impulsado la ley de plazos del aborto y el matrimonio homosexual y acusando a Rajoy de haber desperdiciado la oportunidad que se le brindó con la Alianza de Civilizaciones. Por partes: La ley de plazos es lo más cruel y aberrante que jamás se ha promulgado en España, sin paliativos: Permitir el aborto libre hasta un estado de gestación determinado decidiendo así el legislador cuando una vida es humana y cuando no lo es: Eso es eugenesia pura y dura. La ley del matrimonio homosexual es la mayor mentira que se ha contado jamás, fue un ánzuelo en el que picaron un montón de bienpensantes y que en la práctica no cambió nada de la ley de parejas de hecho de Aznar, aunque hay que reconocer que la vendieron muy bien en ese momento. La Alianza de Civilizaciones, una de las decisiones más estupidas que se recuerdan en la política exterior de este país, yab que viene a proponer ignorar a todos tus aliados tradicionales y actuales y pretender establecer lazos con países cuyos intereses son contrapuestos a los tuyos, sin comentarios para el que quiera pensar un rao en ello.

Y claro, por esto de las adhesiones, decía, todavía queda gente del PSOE  que no quiere reconocer que Zapatero ha sido el peor presidente de la historia de este pais, que negoció con ETA, que ignoró a las víctimas, que toleró que se pusiera en entredicho la unidad territorial, que buscó el conflicto para ganar votos... y también por lo de las adhesiones todavía hay gente que piensa que la sanidad está desmantelada, que la educación también, que nos hemos vendido a un ente que se llama "los mercados"... y yo no puedo más que animaros a los que me leeis a que penséis en lo que está pasando y os indignéis con las cosas malas y las denunciéis con todos vuestros medios, ya sea en twitter, facebook, por e-mail, en páginas de encuestas o de las que recogen votos o repartiendo pasquines por la calle, pero tratando primero de pensar en lo que ha pasado, no en quién lo ha hecho o ha dejado de hacer, porque el relativismo y el subjetivismo están acabando con todo lo que antes importaba y, como era previsible, las cosas no van mejor.

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