miércoles, 13 de noviembre de 2013

El pesimismo por sistema

En los foros en que más participo en la red he notado que hay una especie de pesimismo sistemático en cierta gente con respecto a todo lo que le rodea. Por ejemplo existe un claro pesimismo, una visión claramente negativa, en cuanto a la labor política de los partidos que no gozan de nuestra simpatía. La izquierda es más proclive a denostar cualquier tipo de decisión que tomen los partidos de derechas, pero en todas partes cuecen habas y  a todos nos cuesta reconocer que haya avances cuando gobiernan los otros. El ferrolano es maestro en este campo, en el de la negatividad. A mis conciudadanos todo les parece mal y les cuesta reconocer que hay cosas que avanzan; a mí me recuerdan al chiste del niño que no habló hasta que con setenta años dijo que la sopa estaba sosa y se defendió de las recriminaciones de su madre alegando que hasta ese momento todo había ido bien. Yo no es que haya viajado mucho, pero he estado en una decena de países y conozco casi toda España con bastante profundidad; en mis viajes he observado que hay muchos países (especialmente los que están al Norte de España) en los que el civismo parece propiciar un cuidado extremo por el patrimonio inmobiliario, pero también he visto otros en los que ese cuidado brilla por su ausencia. En Ferrol, que es lo que me preocupa, hay gente incapaz de reconocer el entorno que se está creando desde la Iglesia de las Angustias hasta el Muelle de Curuxeiras, porque sólo pueden ver lo que está mal. Empezando desde el puerto yo podría decir que la Cortina ganó en vistosidad desde que se construyó el paseo marítimo y se derribó la antigua Comisión de Regatas de la Armada; que la fachada portuaria ganó muchísimo con su ajardinamiento y con la instalación de terrazas; también puedo decir que, pese a lo discutible de la restauración de la antigua Sala de Armas del Arsenal, las obras y el derribo de la muralla que lo rodeaba hicieron que se convirtiera en un entorno agradable para el paseo; la excavación del foso de la Puerta del Parque revalorizó mucho toda la zona, lo que propició la abertura (quizá todavía tímida) de locales de hostelería en su frente y en la Calle San Francisco; la restauración del Mercado de Ucha, del Jofre, de la Fundación Caixa Galicia y de Herrerías, así como el goteo de subvenciones para la restauración de viviendas privadas y las del Ateneo, Hospicio y Hospital de Caridad mejoraron sus zonas con creces. La conservación y pequeñas mejores de Amboage hicieron que se convierta en uno de los espacios públicos más concurridos de la ciudad... y antes, el "antes" próximo, estaba mucho peor; repito de otra forma: No un poco peor, sino muchísimo peor. Lo importante es crear polos de atracción, generar inercias y detener sangrías. No es verdad que el patrimonio ferrolano esté olvidado. Es cierto que aquí no atamos los perros con longanizas y que dependemos mucho de instituciones supra-municipales, pero no lo es menos que hay muchísimos movimientos culturales que defienden el patrimonio inmobiliario, pero tambiél el natural o el inmaterial. Yo sigo echando mucho de menos esa pinacoteca que intente hacernos dilucidar el misterio de la proliferación de pintores ferrolanos, y también creo que mejoraríamos con un museo de la Ilustración que conservara, adquiriera, estudiara, difundiera... el momento histórico en que la unión de un grupo de gente de Trasancos, vascos, andaluces, británicos... empezaron a poblar uno de los más mágicos entornos naturales que he visitado. Sí, ya lo sé, es mi opinión, pero cada día más gente viene a verlo, por si acaso.

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