jueves, 3 de octubre de 2013

Una bomba en el Pilar

Hace unos días la Brunete mediática inició una campaña para alertar del creciente radicalismo de derechas (fascista, dicen ellos) en España por una agresión en Cataluña. La que se lió por un suceso sin daños personales ni materiales del que la mayoría de sus autores se entregaron al día siguiente. Seguramente ni haya juicio, de tan tonta que fue la cosa. Días atrás los nacionalistas gallegos, arropados por los sospechosos habituales de Izquierda Unida (los comunistas, para llamar a las cosas por su nombre) criticaron duramente al sistema judicial español tildándolo de franquista por condenar a penas de prisión a unos pobres muchachos que portando tarjetas de identidad falsas pusieron unas bombas allá por mis tierras, los pobres. Ayer explotó una bomba casera en la Basílica de Nuestra Señora del Pilar diez minutos antes de empezar la Misa. No se ha escuchado nada, no se exigen condenas, se habla de la goleada del Madrís o del casi seguro número uno de Nadal, del incremento del paro o de la financiación inmoral, digo ilegal, del Partido de turno. En fin, par que amos a hablar del tema, total: Unos cuantos bancos rotos, el órgano estropeado... nada que no se arregle con unos milloncejos. Pues lo voy a decir claramente, por si alguien todavía no se ha tomado el primer café: Así empezó la Guerra Civil española, y el que no lo tenga claro que acuda a la historia; separatismo, izquierda, república, no a la monarquía, crisis económica, alientos al radicalismo y al anarquismo... cuidado, no vayamos a lamentar incidentes mayores que las cosas sólo se sabe como empiezan. Tenemos que exigir de nuestras autoridades una firme y clara condena contra este acto de terrorismo y anticlericalismo, porque lo siguiente puede ser cualquier cosa. Que Dios nos asista.

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