domingo, 27 de octubre de 2013

Estaca de bares. Casa Díaz.

En la carretera AC-142, que une Ferrol con As Pontes, se encuentra Casa Díaz, en Goente, que es una parroquia ganadera y apicultora que cuenta con algo más de doscientos habitantes. Esta aclaración es importante porque el restaurante que hoy requiere mi atención está entre el mágico Parque Natural de las Fragas del Eume (seguramente el bosque atlántico mejor conservado del planeta) y la Sierra del Forgoselo, pago todavía lobero dedicado a la ganadería extensiva y a la madera fundamentalmente. Este hecho geográfico es fundamental como introducción para hablar de Casa Díaz, porque ese aislamiento para algunos o privilegio para otros condiciona la elección del menú cuando tengo la suerte de ir. Por menos de veinte euros, no recuerdo muy bien cuánto, suele haber de menú un primero a elegir entre sopa y callos (más que poblados éstos últimos de manitas de cerdo en mi iniciación) y chuleta o carne asada de segundo. Yo desde mi primera vez me decanto por los callos y la carne asada. De postre es fundamental elegir el requeixo, que es una especie de requesón local ligeramente ácido y especialmente cremoso que sirven con nata liquida, miel y azúcar. Justo al lado esta la casa de la miel (Casa do Mel), donde puede adquirirse miel natural y otros productos de la apicultura. Cuando voy con mi familia solemos rebajar el atracón subiendo por la carretera que hay casi enfrente del restaurante hacia la sierra, donde se entiende plenamente el porqué de la calidad del condumio. Prados y pinares se alternan con manchas de matorrales para acoger una de las más bucólicas zonas ganaderas que he conocido. Las "rubias" son las reinas del terreno, acompañadas por algún caballo galego, que con sus largas melenas rubias recuerdan vagamente a los surfeiros de Pantín. Mis conocidos me dan cuenta de ciervos, corzos, jabalíes, liebres y de otra fauna menor, pero también de lobos engullendo un potrillo, zorros y las más diversas volátiles. La razón es que el Forgoselo está rodeado de las ya citadas Fragas, del bosque de galería de Narahío, y del lago y escombrera de As Pontes. Y otra razón importante es que tanto en As Neves y A Capela como en Goente han decidido que se puede llegar a un equilibrio entre el hombre y el medio: Belelle, Río Perdido, Embalse del Eume, Caaveiro, Monfero, As Pontes, Narahío... seguramente estamos ante uno de los enclaves más lleno de tesoros naturales y arqueológicos de toda Galicia, y menos publicitado; y seguramente este es el motivo. Pero bueno, se puede ir a Casa Díaz pero también al Forno de Vilardemouros a probar una de sus variadas empanadas, a Peizás, a Toñita, a alguna Cantina do Eume... Yo elijo Casa Díaz porque es precisamente eso, una casa, y ya se sabe que como en casa en ningún sitio ¿No?

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