domingo, 4 de agosto de 2013

Cositas buenas.

Bueno, pues voy a ir desgranando algunas cosas que me gustaron este verano., y voy a empezar con tres quesos gallegos que merece la pena probar si se puede. El primero de los tres es Touza Vella, de Como Cabras, una sociedad cooperativa de Castro Caldelas cuyos miembros decidieron apostar por elaborar un queso de cabra gallego que me parece perfectamente comparable al payoyo o al majorero, delicioso. El segundo queso creo se llama Azul de Prestes y lo hace queserías Prestes, de Villalba. Cuento la idea: Un quesero de Vilalba (Lugo) decide diversificar su producción y empieza a hacer queso azul, está probando cuál gusta más... vamos a ver, yo sólo he probado uno (gracias a un buen samaritano que me lo regaló ¡Un abrazo, macho!) y es una mezcla entre el gorgonzola y el chaume y creo que magníficamente elaborado y presentado; le auguro más que un buen futuro. El tercer queso se llama O Rexo, y se elabora en Allariz con leche cruda de oveja y se vende con al menos noventa días de maduración. Iba a comprar uno en Cafés Amador -para mí la mejor tienda de delicatessen de Ferrol, y a juzgar por lo concurrida que estaba para mucha más gente- pero me decidí por otras cosas igual de mencionables... cuando no hablemos de quesos. Bien, pues decía que me quedé con las ganas de probarlo hasta que fui al Camiño do Inglés, que es una de las últimas, y creo que exitosas, propuestas gastronómicas de Ferrol. Entre su corta y original carta aparece un milhojas de foie con en este queso y... bueno, me pregunto qué hemos estado haciendo hasta ahora. Creo que no exagero ni peco de chauvinista si digo que las últimas veces que me llevé una sorpresa tan grande fueron la primera vez que probé un godello sobre lías (Guitián, de la D. O. Valdeorras que creo que va a dar que hablar) y cuando probé el Alma de Reboreda, que me parece una exquisitez en su delicadeza y brío. Bueno, pues a esto le uno mi alegría de que en el Puerto, el Muelle, Curuxeiras, Ferrol Vello o como queramos llamarlo estuve un par de veces y me encontré con un Frank que llena los viernes y sábados, un Bacoriño que no pierde empuje pese a aferrarse a cuatro cosas, el mencionado Camiño do Inglés, un bus inglés que se convierte en improvisada cafetería/terraza, las terrazas llenas a rebosar, muchísima gente paseando... y me niego a dar pábulo a los que dicen que esto se acabó y que todo está muerto.

Aparte de esto también quiero hacer una mención a otro incipiente negocio en el que vi bastante animación: el María 51 -donde ponen montaditos de jamón serrano con tomate al pedir una cerveza- y en su coctelería, donde, perdonad por el olvido del nombre, cuidan a sus clientes y a sus creaciones de un modo más que aceptable.

Bien, no me quiero extender mucho, pero si a esto unimos el virginal pinar de Doniños, donde tuvimos ocasión de coger un bicho-palo, un escáncer y ver una ardilla y una escolopendra en poco más de dos horas y donde sólo los paseantes como yo y los vociferantes corredores (por algún extraño motivo dueños de los senderos) turban la paz del bosque, y las cada vez más numerosas rehabilitaciones de edificios en los barrios de la Magdalena y Ferrol Vello creo que hay motivos para la esperanza. Creamos, pues, en nosotros mismos y crucemos los dedos para que las cosas mejores, aumente o no la carga de trabajo de Navantia. Creo que si nos sacudimos hasta seremos capaces de pasarlo bien. Venga, a disfrutar de las fiestas.

2 comentarios:

  1. El queso azul es:
    Azul de Prestes, de Quesería Prestes (DOP San Simón).

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  2. Muchas gracias por el nombre, corregiré el artículo.

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