sábado, 29 de junio de 2013

No todo es pesimismo

Quizá haya llegado ya el momento en que nos sacudamos toda esa desidia que nos hace caer en ese estado semi-comatoso en que nos encontramos como ciudad. Tal vez ha llegado la ansiada recuperación que, cual canto de sirenas, trata de atraernos desde Madrid... y tal vez no, pero de nada sirve lamentarse. ¿Cuáles pueden ser nuestras fortalezas? ¿Cuáles nuestras potencialidades? ¿Cuáles nuestras riquezas? ¡Pues hala, a despertar! Tenemos un campus con tres áreas de conocimiento claramente diferenciadas (salud, humanidades e industria) que están íntimamente relacionadas con tres pilares de nuestra sociedad como son unos astilleros de referencia, un área hospitalaria de nivel comarcal y una candidatura a Patrimonio de la Humanidad... pues juntemos todos nuestros esfuerzos y que empiecen a fluir becas, acuerdos de colaboración, captación de talentos, especializaciones, formación profesional.... Hoy todas nuestras administraciones (universidad, consellerías, concejalías) y todas nuestras empresas tienen que sentarse a hablar para que nuestros jóvenes puedan ser los mejores ingenieros, documentalistas, enfermeros, podólogos, humanistas y diseñadores que sea posible.Y si el ayuntamiento, la banca, la Xunta y la Universidad quieren seguir teniendo una ciudad en el futuro tendrán que ir al árbol a coger las manzanas, y cuando nuestros chicos saquen un expediente magnífico en su etapa escolar habrá que mimarlos para que no emigren a estudiar otra cosa. También tenemos una comarca mágica, con castillos, monasterios y paisajes de dejar la boca abierta para no cerrarla... pues mostrémoslos al mundo a través de Internet (Facebook, Tripadvisor o lo que sea) y no esperemos que nadie pase por esta esquina camino de ningún sitio. Tenemos además una gastronomía más que buena capaz de satisfacer al paladar más exigente... pues hagamos ferias, jornadas, degustaciones y apoyemos cualquier iniciativa que demuestre que no somos menos que cualquier otra ciudad como la escuela de Hostelería de Pontedeume. Sintámonos orgullosos de ser lo que somos y no esperemos la limosna de cualquier gobierno de turno, y levantémonos después de cada zancadilla y digamos bien alto que no nos vamos a hundir, porque somos cuna de grandes hombre y de excepcionales mujeres. Una ciudad que ha dado a Torrente, a Canalejas, a Concepción Arenal, a Sotomayor y a tantos marinos esforzados, pintores, letrados, periodistas y científicos no va a mendigar el cariño ni la dedicación de nadie. Porque nosotros podemos hacerlo solos y lo haremos con nuestros hijos, con nuestro esfuerzo y con ese carácter de hierro que han forjado la lluvia y el acero de nuestros barcos. Opa Ferrol.

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