jueves, 11 de abril de 2013

Monfero

Dicen que los franceses mataron a tus monjes,
Quizá fueran tan fieros como han sido tus tierras,
Quizá tan indomable como suena tu nombre.
Cuentan que fuiste rico en tierras y señoríos.
Desde luego eres grande, aunque estés abatido.

Dicen que las visitas han desaparecido.
No es raro pues tus piedras aun dan escalofríos.
He leído una historia de los frailes quemados
En uno de tus claustros, antes crucificados
Malditos y humillados.
El pueblo liberado
Obligado a observarlo ¡Gloria al emperador!
¡La justicia ha llegado!
Pero los campesinos observan demudados
Y prefieren el yugo a vagar por los campos
Detrás de los gabachos. Nunca fueron esclavos
Y aunque pobres, honestos, hacían su trabajo.
Se quedaban sin trigo, se quedaban sin grano
Pero nunca mordieron y aceptaron la mano
Que el Cielo prometía ¿Qué son esas promesas
Del innoble soldado
Que ha matado a un anciano sin bajar del caballo
Y ha gritado a sus hombres “al monje ese enterrarlo”?
Ahora han vuelto los lobos y el bosque está sanando.
El pueblo ha renacido, las cosas van pasando
Despacio, poco a poco, serenas, paseniño.
Mas ¿Visitan tus piedras, recorren tus caminos
Las familias enteras con los padres y niños?
Me han contado con un guarda ha encontrado a un venado
Que los lobos mordían, y que huía asustado.
Me han contado que un búho en tu techo ha anidado
Y que el hueco de un roble a un azor ha alojado.
Y me alegro de ello, quién podría no hacerlo,
Pero más feliz fuera si volvieran a hacerlo
Los pastores, herreros, campesinos, queseros
Que poblaron tus tierras
Que poblaron Monfero.

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