viernes, 12 de abril de 2013

Apáticos

Tampoco es que tenga muchísima importancia. Es una impresión personal. Nos hemos vuelto apáticos; tal vez estemos desencantados y nos hayamos convertido en descreídos, pero me da pena. Recientemente me invitaron a participar en una recogida de firmas para solicitar la conversión en museo de un buque militar ya en desuso. Me pareció una idea magnífica; algo genérica en su planteamiento, pero muestra de iniciativa e ilusión en todo caso. No sólo accedí a la petición y firmé, sino que lo compartí con los medios electrónicos a mi alcance especialmente pensando en el personal al que sabía que la iniciativa, dados sus trabajos, ocupaciones y gustos, les parecería apropiada. Mi sorpresa fue comprobar que mucha gente comentaba que muy bien, que le gustaba la idea, pero casi nadie firmaba. Decidí entonces iniciar mi propia investigación sociológica, insertando en una de las más eficaces páginas de recogida de firmas una petición con la que, estoy seguro, está de acuerdo más del noventa por ciento de los españoles. El resultado ha sido espectacular: Nada menos que veintidós votos en una semana. Descorazonado ataqué con un retuiteo a lo bestia, esta vez explicando el porqué de mi petición. Brutal: Dos votos más. Es lo que tiene este país. Tópicos aparte, sin duda somos incapaces de implicarnos en ciertas cosas (¿el tiempo lo arreglará? ¿Será la juventud distinta a nosotros?) como las elecciones, encuestas o recogidas de firmas. La gente no vota, no firma, no contesta ¿es que a la gente no le importa? ¿O es que nadie es consciente de que la herramienta fundamental de trabajo de un político, por la cuenta que le trae, es la demoscopia? En fin... que yo sigo a lo mío, cargando con mi lanza contra los molinos de viento esperando a que algún Sancho tenga a bien, por ventura, recogerme... espero que no muy magullado.

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