lunes, 8 de abril de 2013

En el pinar (II)

Mi vista se acompasa a lo que encuentro.
Primero un caracol, luego una ardilla
Una seta cortada y una piña...
Me desborda el azul que va enmarcando
Las copas murmurantes de los pinos.
Escucho sus quejidos, sus queixumes...
para mí es poesía y me reafirmo:
soy atlántico, del norte, allí he nacido.
En las sombras se mueven diminutos
pobladores que parten a Teixido.
"vai de morto, amigo, vai de morto
ya que antes evitaste el ir de vivo".

Y ya salgo y alcanzo el fin del bosque
Y el castro junto al mar sale a mi encuentro.
Acaricio sus piedras, y me siento.
Se está poniendo el Sol, ahora hace frío.
No siento la humedad porque mis ojos
Solo miran al mar y el fin del mundo
Tal vez ruborizado
Me revela sus cárdenos colores.
La sal empieza al poco a hacerse dueña
Del sabor de mis labios,
Y se mezcla el sabor de la resina,
Y el olor de los toxos“¡Oh, Dios mío!
¿Creaste Tú el pinar? No me santiguo
Pues parece animal
Lo que me embarga.
El sudor, el olor, la sal, el frío
¡Cómo quisiera estar aquí contigo
y no escapar jamás!
El sol se ha puesto.
Tengo que regresar por el camino
Y el pinar que mis pasos ha acogido
Me ha empezado a dar miedo:
Ha oscurecido.

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