domingo, 31 de marzo de 2013

Ecologismo


Muchísima gente considera que no tiene ninguna lógica la separación de residuos. Hay gente que cree que las reservas naturales no son necesarias. Muchísima más gente cree que la energía limpia es un gasto innecesario y que jamás será rentable. Las cifras ahí están, pero también la opinión de la calle. La administración está obligada a hacer una ejercicio de pedagogía, de promoción, a hacer un estudio serio de los costes reales contraponiéndolos a los beneficios inducidos, tanto económicos como sociales, pues los beneficios sociales a la larga lo son también económicos, y viceversa. Es posible que un aerogenerador sea feo y caro, y que contamine el paisaje, pero no lo es menos que cada vez son mejores y hacen falta menos para producir más energía. Si a eso unimos que hace tiempo que exportamos tecnologías limpias y que eso redunda en menos importaciones de petróleo y menos contaminación la ecuación es fácil. Con los espacios protegidos pasa algo similar, que cuando se gestionan bien se convierten en fuentes de ingresos turísticos y las más de las veces en yacimiento de productos ecológicos de diversa índole, que contribuyen no sólo a generar empleos sino a fijar población en el medio rural. Lo realmente sorprendente es el, al menos en apariencia, parón que se ha dado en el reciclaje y en la reutilización de residuos sólidos urbanos. Entiendo que primero haya que concienciar a la población mientras se construyen las plantas de reciclaje, pero que tantos años después no se vea más que otro agujero donde enterrar recursos, que no se generen esos materiales de segunda vida, que no haya mejorado ostensiblemente la calidad de vida ni se hayan generado más puestos de trabajo apunta a que los responsables de promover políticas educativas, industriales y empresariales están descuidando alguna de las patas de la silla. No importa, pagarán los contribuyentes, o sus hijos.

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