sábado, 15 de septiembre de 2018

Para mi hija mayor.

Erase una vez una niña muy valiente que era capaz de vencer todos sus miedos porque quería ser una guerrera que manejara su arco y sus flechas cada vez que se encontraba un enemigo. Era una niña estudiosa y responsable, que practicaba deporte, obedecía a sus padres, hacía las tareas y estudiaba la lección. Le encantaba andar en bici y patinar, y comer carne, queso y chocolate. También era muy soñadora y le encantaba imaginar cada día un juego nuevo. Se estaba preparando para tomar su primera Comunión y era la que más oraciones sabía de su clase.

Se llamaba Reyes y era muy guapa y muy fuerte, aunque sólo tenía ocho años.



Un día salió de su casa y se encontró un dragón rosa con puntos rojos que quería robarle su merienda... y le dio un tortazo tan fuerte que todavía hoy tiene los dedos marcados en sus mejillas.



Otro día fue a una casa en la que había unos perros muy grandes; a Reyes los perros le daban miedo, pero como quería ser valiente se imaginó que eran muñecas y les dijo:



- ¡Venir aquí, que estáis muy despeinados!



Y les peinó hasta que se hicieron sus amigos.



Como era una niña muy sensible siempre se ponía triste cuando algún amigo le daba de lado, hasta que se dio cuenta de que el mundo está lleno de niños con los que jugar, y desde ese día no deja que nadie le tome el pelo.



Ahora quiere vencer sus miedos para ver un día la Vía Láctea, porque sabe que tiene que ser de noche y en un bosque. Seguro que lo consigue, porque con lo inteligente y valiente que es sabrá vencer los miedos que tiene.

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