jueves, 26 de septiembre de 2013

Barro en el cristal

Hoja seca, llovizna, evanescencia
una ligera bruma que me envuelve.
Calabobos, trasluz y tiempo fresco,
y el musgo que se mete en mis aletas
con efluvios de padre...

Amor, querer, pesar, melancolía
encierro vespertino
y una manta.
Qué sorpresa que la monotonía
me golpee de nuevo,
y la rutina
me aplaste contra el muro de tu ausencia.

Un viento huracanado
te desnuda y te deja deshojado

                                                                   e indecente
Ay, mi pobre jardín, que languideces
de esplendor despojado y de frescura;
y yo siento añoranza de tus flores
de tus hojas, tus frutos, tu espesura.
¡Qué amor más desgraciado es el que brindo,
que al cabo sólo una estación dura!

Menos mal que te quiero y que me quieres
menos mal que no quiero hacerte daño.
Me visitas, me turbas y me dueles.
Y me dejas después aquí, extrañado
de que vuelvas, otoño, a separarte,
y me digas: Te veo dentro de un año.

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