jueves, 1 de agosto de 2013

Setentainueve

La fatídica curva, qué pomposo,
¿Es que acaso es la curva la culpable?
¿No veis que solamente es una forma
sinuosa y vacilante de la vía?

No llega a siete días y un tren pasa
por ese infierno que ha llevado al cielo
a gente tan distinta.

                                                                Un hombre se santigua
por lo bajo musita un padrenuestro.
Los ojos extrañados y orgullosos
de una aun más extraña peregrina
Se encienden,
                                            se entrecierran
                                                                                        se da cuenta
y en su mano comienza una plegaria.

Algunos más la imitan
un joven se da cuenta y sus creencias
le hacen sobrecogerse.
                                                          El tren va lento
bordeando ese lugar en que los restos
nos dan cumplida cuenta del suceso.

Y ahora vuelta a la vida; recordemos:
Los vecinos de Angrois -céltico nombre-
se convierten en héroes cotidianos
y el pobre maquinista en un villano.

¡Qué injusticia es la vida, toda ella!
¿Es que nadie es capaz de darse cuenta
de que hay cosas que, por desgracia, pasan?

¡Asesino, ignorante, depravado!
Pero espera, tal vez se ha equivocado
¿Es que acaso a ti nunca te ha pasado?

¡Los políticos, falsos y corruptos!
Tranquilízate y piensa ¿Algún partido
tal vez desee que pase una tragedia?

¿No será que las cosas son por algo
que a veces comprendemos, racionales
pero otras, desgraciados, ignoramos?

Esos gallegos tristes ya son otros
casi todos mejores: Se dan cuenta
de que la muerte existe y que no es nuestra,
y querer controlarla no es humano
es de un tonto la muestra, porque es vano
no saber que la vida se termina
y empieza solamente en un momento
ninguno de las dos por gusto nuestro.

Levantemos la cara ante el mazazo
y cojamos lo bueno que ha pasado:
De un vagón se ha salvado una familia
ninguno de sus miembros afectado.
A una chica un doctor ha revisado
y le ha dicho que estaba embarazada.
Un mormón que de un cáncer se ha salvado
va a poder continuar su apostolado...

Y los héroes de Angrois, conmocionados,
han bajado al infierno y a la vuelta
la noticia mejor nos han contado:
Hay que ver que glorioso es el humano.

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