Recortes

Llevamos una temporada escuchando y leyendo las noticias de las huelgas de los diferentes colectivos a los que el gobierno aplica el recorte correspondiente. Algunos son más o menos celebrados por los contertulios habituales y en todos los corrillos: “Bueno, es que lo que cobraban  estos no era normal” o “es que estos no trabajan nada y se quejan mucho” se escucha aplicado a médicos, profesores, pilotos, funcionarios… pero luego, cuando nos toca a nosotros nos aferramos a los derechos inalienables que se están conculcando.

Esto da muestra de cuan necesarios son los recortes y de lo insolidarios que somos en general. Si aceptamos que se deben recortar salarios o aumentar jornadas a los demás ¿cómo es que no somos capaces de reconocer que con nosotros se pueda hacer lo mismo? Llevamos un tiempo indeterminado de crisis económica, uno superior de crisis ética. Hoy por fin empezamos a escuchar día tras día, como un calabobos incesante que va empapando todo, que esto tenía que cambiar, que el sistema era insostenible.

Esta crisis se va a llevar muchas cosas por delante, esperemos que sólo las malas. Esperemos sobre todo que la gente aprenda a vivir de acuerdo a sus posibilidades, que se vuelva a valorar el esfuerzo y la valía personal y que no volvamos a leer en la prensa noticias como la del otro día que contaba que una familia en el umbral de la miseria recibió un aguinaldo que gastó en percebes y productos ibéricos.